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viernes, 7 de enero de 2011

LOS INTERNAUTAS LEEN MEJOR

Algunos especialistas han advertido sobre los peligros de la era de Internet, del acceso rápido y sencillo a la información en pequeñas dosis para la capacidad lectora. "Creo que la mayor amenaza es su potencial para disminuir nuestra capacidad de concentración, reflexión y contemplación", sostenía el ensayista estadounidense Nicholas G. Carr, experto en Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), y asesor de la Enciclopedia británica hace dos años.

Es obvio que las nuevas tecnologías cambian usos y costumbres -aunque los especialistas no se ponen de acuerdo en si esto le resta o no espacio a la lectura tradicional entre los jóvenes-, pero lo que ha venido a decir el último informe PISA de la OCDE es que no restan capacidades lectoras.

"Los estudiantes familiarizados con actividades como leer correo electrónico, chat, lectura de noticias online, diccionarios o enciclopedias en Internet, participar en discusiones de grupo en línea o buscar información en la Red tienen en general mayor habilidad lectora", con los textos impresos, los de toda la vida, dice este informe, que analiza a los alumnos de 15 años de 65 países.

Conviene aclarar que la prueba evalúa esa habilidad con distintos tipos de texto (desde párrafos de novelas o cuentos, periodísticos o históricos hasta gráficos, tablas o facturas), y que los hijos de familias socioeconómicamente más favorecidas -que son los que tienen más ventaja de partida y mejores resultados de media-, también acceden más a los recursos digitales. Sin embargo, PISA -probablemente la mayor base de datos de resultados educativos del mundo- no permite decir que la era digital esté afectando negativamente a la capacidad lectora de los jóvenes, considerada de manera amplia.

En la última década ha descendido el porcentaje de chicos y chicas de 15 años que leen por placer. En la prueba PISA de 2000, el 69% decía que leía un poco todos los días por puro gusto (otra vez, incluye libros, pero también periódicos, revistas y cómics); en la hecha el año pasado eran el 64%. En España, ese porcentaje ha bajado desde el 68% al 60%. Los resultados de la prueba de comprensión lectora de los alumnos son similares, algo por debajo de la media (481 frente a 493 puntos).

Los resultados de PISA sugieren que la cantidad y diversidad de los materiales de lectura es más importante que la calidad (libros, revistas, cómic, online, etcétera. Aunque los estudiantes que leen ficción tienen más probabilidades de lograr puntuaciones altas, son los estudiantes que leen una gran variedad de materiales los que consiguen hacerlo realmente bien, señala textualmente el informe PISA.

Los adolescentes españoles destacan por encima de la media de los países desarrollados en el acceso a chats (un 77% los usa varias veces al día o a la semana frente al 73%) y en el uso de diccionarios en línea o enciclopedias tipo Wikipedia (46,4% frente a 39%). En el resto de actividades están por debajo: leer correos electrónicos, noticias, búsqueda de información o foros.

Al director de la Real Academia Española (RAE), el filólogo, catedrático de universidad y ex profesor de secundaria José Manuel Blecua, tampoco parecen preocuparle ni los mensajes de móvil ni los chats, según dijo a Efe, sino el "fracaso de la enseñanza primaria y secundaria" porque "no hay planes de formación lingüística adecuados, y es prioritario enseñar a leer, escribir y hablar".

Mucho se ha escrito sobre los resultados de los alumnos españoles en el informe PISA. Pero más allá de las interpretaciones que colocan esos resultados en el bien, según el ministerio y algunos expertos, o en la mediocridad (según otros especialistas), y con independencia de que haya un excesivo gusto por el catastrofismo, como dice Mata, hay margen de mejora de unos resultados atascados por debajo de la media de la OCDE durante toda la década.

El informe PISA 2009 dice que entre los españoles hay los mismos suspensos que dan la media de la OCDE (en torno al 20%) pero muy pocos en los niveles más altos de comprensión lectora (el 3%). También dice que a los jóvenes españoles se les da algo mejor reflexionar y evaluar que acceder a la información, interpretarla y evaluarla, y que son un poco mejores que la media con los textos continuos (novelas, de prosa como la narración, exposición y argumentación) y peor con los discontinuos, como gráficos o tablas (aunque las diferencias, según el propio informe, no son apenas significativas estadísticamente ni difieren mucho de la media de países desarrollados).

La mejora, pues, tiene que ver tanto con fomentar más el gusto por leer -"El aprovechamiento de estas prácticas hedónicas requiere más innovación por parte del sistema educativo, considerando los nuevos entornos de aprendizaje y las preferencias y gustos actuales de nuestros jóvenes", dice Bernal-, como la mejora en general de la enseñanza y el fomento de la lectura con todo tipo de textos y en todo tipo de contextos.

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